Recensiones - Reseña de Libros
Book Reviews
Debates sobre el espacio en la geografía contemporánea. Ovidio Delgado-Mahecha, Bogotá DC, Universidad Nacional de Colombia, Red de Estudios de Espacio y Territorio, 2003. 158 pp., diag., bibl. (ISBN: 958-701-309-3).
Reseñado por Miguel Antonio Espinosa-Rico, Investigador Invitado, Centro de Estudios Regionales, Universidad del Tolima, Ibagué, Colombia. miguelespinosa58@hotmail.com
La preocupación pertinente al ejercicio de la docencia universitaria es la que, en el pensamiento del autor del libro que aquí se reseña, ha motivado una afortunada producción bibliográfica: proporcionar a los estudiantes materiales de lectura apropiados. El libro del profesor Ovidio Delgado Mahecha es un texto que compendia la lectura juiciosa de puntos de vista variados sobre la noción y concepto de espacio, en la producción teórica de la geografía contemporánea. En estos años la disciplina se debate entre las tensiones que en su desarrollo histórico le han señalado, entre otras, las posturas epistemológicas del estructuralismo, el postestructuralismo y la recientemente reconocida teoría de la estructuración.
El valor del texto, que transpira la acuciosa revisión de las fuentes consultadas, puede resumirse en que constituye un aporte de enjundia para quienes se interesan en los debates que se orientan a la definición de los referentes discursivos de la epísteme de la disciplina. Tal discusión genera las corrientes más o menos reconocidas bajo la conducción de líderes connotados, pero que se concreta en una producción bibliográfica no desestimable y todavía poco conocida para la mayoría de geógrafos colombianos, y, mucho me temo, de otras comunidades latinoaamericanas. A ellos llega esta actualización necesaria --sin que ello disculpe válidamente la despreocupación casi general-- a través de trabajos como el que ahora nos presenta el geógrafo Delgado Mahecha.
Si bien para muchos lectores el trabajo pudiera parecer una reseña comentada sobre los aportes más significativos del asunto en cuestión, así considerados por el autor, la verdad es que su análisis llega a cubrir un vacío evidente con relación al tema específico del espacio. Esta obra podría tomarse como una invitación y estímulo para proseguir en la línea de trabajos precedentes sobre el pensamiento geográfico en Colombia que iniciaran Cerón (1988) y Rucinque y Jiménez (2001), éste último sobre las contribuciones de Humboldt a la geografía moderna. Por supuesto, otros esfuerzos han sido realizados en diferentes momentos para tratar de dar cuenta de la evolución de la disciplina en nuestro medio, pero sin que los resultados publicados puedan configurar una “tradición” teórica significativa de la comunidad geográfica latina. En el caso colombiano específicamente, gran parte del esfuerzo hecho hasta el presente, sobre lo cual no es pertinente extenderse aquí en detalles, no ha trascendido los ejercicios analíticos de teoría e historia geográfica propios de los cursos de pensamiento geográfico en el programa de maestría en geografía. Hasta ahora no se había producido ningún ensayo largo que intentara una síntesis de las diversas corrientes del pensamiento geográfico reciente, como el logrado en este libro sobre los Debates sobre el espacio en la geografía contemporánea. El cual, sin duda, invita a hacer una relectura de los autores considerados, y a elaborar sobre el estado actual de la discusión con una perspectiva crítica.
Una forma de asumir la comprensión del texto de Delgado es a partir de la consideración de tres componentes, en función, precisamente, de las tres vías que el autor propone para abordar la lectura histórica de los discursos sobre el objeto de estudio de la disciplina. En los capítulos I y II se hace la presentación de los aportes más destacados de la corriente de la geografía regional, alimentada básicamente por las escuelas francesa y alemana, desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX, y por los aportes teóricos de Hartshorne y de la geografía cultural estadounidense de Sauer. Viene a continuación el desenvolvimiento de la corriente de la geografía como ciencia espacial, inspirada con mayor fuerza por Christaller, Hägerstrand y Gould, cuyo mayor impacto se aprecia en las décadas de los 60 y 70. Los capítulos III, IV y V, examinan la aparición de nuevos intentos paradigmáticos, que pueden resumirse en movimientos como las geografías de crítica radical, humanística y postmodernista, cuyo florecimiento subsiguiente bien puede extenderse hasta el presente. Finalmente, el capítulo VI muestra los aportes de la llamada “tercera vía”, representada por los aportes de algunos geógrafos han hallado inspiración en la obra de Giddens y apoyada en la teoría de la estructuración.
Siguiendo con detenimiento la estructura del texto, resulta claro que la extensión de cada capítulo está determinada por el volumen de producción que el autor ha considerado como pertinente para su reseña. Pero el texto es pródigo en la indicación de los aspectos que determinan los giros discursivos de la disciplina. Éstos están fuertemente influidos por el tránsito siempre presente de aportes teóricos externos a la geografía, así como en la identificación temporal y de los contextos en que han surgido corrientes que han venido abriéndose un espacio en la disciplina. Entre éstos se tienen en cuenta los discursos ambiental, de género y, en general, las diferentes vertientes del humanismo modernista y postmodernista, o las vertientes de las geografías radicales. Al asumir la lectura de las fuentes, debe reconocerse en el autor un esfuerzo por mantener respeto intelectual hacia las diferentes corrientes en debate, lo cual es en sí mismo una manifestación que puede caber dentro de la condición postmoderna; e incluso un reconocimiento, quizá inconsciente, a la propuesta ecléctica formulada por Martín (citado por Delgado: 138) desde la geografía económica, como una vía saludable para buscar, tanto dentro como fuera de la disciplina, los elementos que contribuyan a su propia consolidación.
Debe reconocerse a este respecto, el llamado que hace el autor, y que compartimos, sobre la necesidad de que los geógrafos no iniciemos la marcha con “las alforjas vacías”; entendiendo con ello que no se puede continuar asumiendo en este largo viaje del debate teórico, la actitud de pedir prestados los elementos teóricos y metodológicos que saturan en abundancia, y no siempre con celo y rigor, otras disciplinas.
Un aspecto que llama la atención es la adscripción que el texto hace de la geografía como una disciplina social, denotando con ello que la geografía física, o se ha marginado del debate teórico, o simplemente corresponde a otra corriente de la disciplina, cuyo interés no considera el espacio como objeto de reflexión ni de acción.
Al finalizar la lectura del libro queda la sensación de haber hecho un recorrido por un paisaje denso, pero grato, de lugares que uno quisiera retener o en los que quisiera extasiarse por un rato; lo cual, en términos del conocimiento de la disciplina, es también el reto de profundizar en las fuentes consultadas por el autor y en la toma de posición con respecto a las imágenes identificadas. Ello no es de extrañar dentro de un medio caracterizado por la escasa posibilidad de acceso a la bibliografía internacional. Pero lo que es más cierto aún, que en una comunidad intelectual como la colombiana, pese a la presencia ya importante de geógrafos, no exista un manifiesto interés en torno a las cuestiones epistemológicas que animan el debate teórico internacional de la disciplina. Pareciera como si en nuestro medio la gran mayoría de los geógrafos hubiesen adoptado el perfil profesional aplicado de la disciplina, con un espacio mínimo e incipiente para la reflexión teórica, que convoca a muy pocos estudiosos .
La obra del profesor Delgado es un referente importante para asumir en el futuro el muy necesario proceso de la discusión teórica. Sin duda el paso siguiente, fuera de aceptar el reto de tratar de ir a las fuentes que el colega Delgado ha consultado con admirable juicio, será el de prestar atención a las cuestiones epistemológicas que plantean los “debates sobre el espacio en la geografía contemporánea”, cuidándonos de no caer en juicios sumarios sobre las limitaciones que su esfuerzo pueda tener. Ahora cada lector, sobre todo los lectores preocupados por los aspectos teóricos de la disciplina, incluido el propio Delgado, estamos ante el ejercicio inevitable de tomar posición en el debate; y diría mejor, de reconocerlo, pues en lo que cada uno o cada una ha escrito, está escribiendo o se apresta a escribir, se expresará consciente o inconscientemente una de las diversas inclinaciones discursivas que el texto presenta. No le temamos pues a este reto insoslayable que empieza a tocar nuestra atención, para que no seamos simples espectadores del rumbo que la geografía tome. Para que la geografía no sea ajena a los geógrafos, como lo recrea Delgado (citando a Febvre: 152), se precisa de la acción cada vez más decidida de quienes nos hemos propuesto formarnos como tales.
El trabajo de Ovidio Delgado tiene asegurado un lugar privilegiado en las clases de geografía, como él lo pensó en su intención pedagógica, pero también, incluso con más importancia, en los escenarios en los cuales se libra la discusión teórica relacionada con la elusiva noción y concepto de espacio.
Referencias
Cerón Solarte, Benhur. 1988. Elementos para una historia del pensamiento geográfico en Colombia. Pasto, Graficolor.
Rucinque, Héctor F., y Jiménez, Wellington. 2001. El papel de Humboldt en el origen y desarrollo de la geografía moderna. Semestre Geográfico [Bogotá], 1 (2), 103-129.